En la única final del sábado, la alegría fue sólo de Champagnat, que pasó a la 2ª fase por 4º año seguido

Decile que fue un partido horrible. Que se vio mucho más huevo que juego. Que el árbitro le dio una manito con esa serie de penales a favor cuando el reloj apretaba. Que hizo todos los puntos con el pie. Quemá el video del partido de ayer si querés. Todo eso ya no le importa a Champagnat. Ahora sólo le importa que del duelo mano a mano con CUBA por la última vacante para el Top 14 el que salió festejando fue… Champa.

La única final de la última fecha regular fue tensa -afuera hubo hasta discusiones entre pibes de 17 con sexagenarios-, embarullada, por momentos antiestética. Y se la llevó Champa 15-13 porque les sacó más jugo a sus situaciones, que fueron pocas. Entre dos pack livianos, el local se impuso por ínfulas en el primer tiempo. Robó tres pelotas en el line, una en el scrum, ganó metros con penetraciones de Petersen y casi apoyó tras un lindo amago de Odriozola. Pero la defensa de CUBA bancó el vendaval. El 3-3 congelado se alteró en el descuento, para Champa, con un penal de Márquez y un drop de De Vincenzi (9-3). Güemes, el pie cubano, goleador del torneo, falló tres penales. Mucho para un choque tan cerrado.

CUBA necesitaba pimienta y metió tres cambios en el descanso (adentro Tsin, Acuña y Maguire). Se animó, trató de atropellar al rival. Todo era así, eh. A los empujones, de guapo, por eso los errores. Y la visita entró al ingoal de prepo pero no facturó. Del scrum 5 sacó un penal, que Brugo jugó rápido y Güemes transformó en try, conversión y 10-9.

Champagnat peleó. Resistió aun con 14 (amarilla a Machiavello) y sumó lo que pudo con el perfecto pie de Marquez para remontarlo dos veces. El 10 puso el 15-13 a los 30’ del segundo y desde ahí, en la recta final, Champa creció en la batalla cuerpo a cuerpo, manejó los tiempos, escondió la pelota, jugó lejos de su ingoal… Así se subió al tren de los de arriba. Por cuarto año consecutivo.

Fuente: ole.com.ar