Hindú tiene ese plus

La propuesta audaz de Champagnat lo tuvo contra las cuerdas; pero el local se apropió del triunfo y la clasificación con unas pocas dosis de su conocido potencial

 

De a poco, en Don Torcuato fueron dándose cuenta de que el pase a las semifinales estaba asegurado. Tardaron en aparecer los gestos de satisfacción y no duraron demasiado. Hindú quedó enojado consigo mismo por una producción que no levanta cabeza. Y aunque el resultado esta vez fue positivo (venía de perder ante Los Tilos) su juego intermitente y el potencial desinflado no lo dejan tranquilo.

Ayer, Champagnat, con una propuesta saludable de arriesgar en todo momento, de apostar a un juego abierto sin fijarse en limitaciones, le hizo pasar a Hindú bastante incomodidad hasta que quedó sellado el 41-32 final.

Este Hindú resentido por figuras que decidieron emigrar, por lesiones y por un recambio que no termina de ensamblarse con los que tienen más tiempo en primera, se mostró como un conjunto más humano , sin la opulencia y la imagen de misión imposible para los más débiles de otros tiempos.

Con la decisión y la audacia ya descriptas, los de Pacheco lo llevaron por delante con buenas decisiones y algunas defecciones a la hora de la concreción de la ideas. Fue bueno el trabajo de Baca Castex en la elección de los caminos, apuntalado por Tomaghelli y Achával para darles continuidad a las acciones y por la línea de backs (Galli y Suárez, sobre todo), con más empeño que precisión en la ejecución de los pasamanos .

Y Champa se adelantó temprano con dos conquistas: Tomaghelli culminó un scrum y luego Galli se benefició por un pique fortuito en el in-goal. El interrogante era cuánto resistiría el visitante tanto desgaste.

Pero los momentos de lucidez de Hindú aparecieron. No con asiduidad, pero sí con lógica contundencia. Primero fue un try de Toro (la fórmula line-maul) y luego uno del explosivo Buezas, que recibió un pase preciso de Toto Fernández Miranda.

Eso sí: las patadas a los palos de Hansen no acompañaron para que el score pudiese estar más equilibrado para los visitantes.

Hindú abrió el segundo tiempo con un festejo de su medio scrum, pero Champa siguió con su temática de intentar siempre. Así, llegó a adueñarse por un instante del tanteador (32-31) con tres tries seguidos: a) con una jugada de varias fases que finalizó Tomaghelli; b) con un mundo de gente dispuesta a despegar y la llegada postrera de Hansen; c) con el scrum empujando como nunca para que Molina aplastara con su panza la pelota en el in-goal.

Sin embargo, la inteligencia de Manasa Fernández Miranda -ante la falta de luces de su equipo- manejó el ritmo del partido con sus patadas. Y aunque atraviese un tiempo de transición, Hindú posee ese plus de desequilibrio que puede cambiar la historia. En este caso, encarnado en la figura de Claudio Buezas, que apoyó dos veces para apropiarse del bonus, el triunfo y la clasificación.

Por Diego Mazzei
De la Redacción de LA NACION

8/9/2002

Gentileza: http://www.lanacion.com.ar/429574