La Columna de Nacho Pasman, en su gira con los Jaguares

Nota de redacción: inauguramos la Columna de Nacho Pasman, en su gira con Los Jaguares

Uno piensa que los viajes arrancan cuando estás subiéndote al avión. Buscando tu asiento, el 37G, a la izquierda una señora de caderona, a la derecha ese chico malcriado que nada le viene bien, por ende a uno le tocó al medio y a las puteadas no sólo por el lugar geográfico que le tocó sino tambien por el tamaño de los asientos. Pero no. En estas giras el viaje arranca 2 días antes, en la concentración, cuando nos juntamos todos los jugadores, entrenadores, médico, utilero. Resumiendolo, cuando el staff completo planifica la Gira, los objetivos y a unificar criterios, que cada uno viene utilizando en sus Clubes.
Arrancamos el Viernes, mañana muy fresca por cierto, en una sala del anexo del SIC. Allá se presentó el staff y también se habló y refrescó el sistema de juego que venimos entrenando ultimamente. De ahí, entrada en calor y a cuplir la práctica. El entrenamiento fue más bien técnico que otra cosa: refrescamos los códigos, el sistema de juego, las jugadas para que a la tarde sí haya contacto, y podamos hacerlo más real.

Después del doble turno, me volví a casa para poder terminar con el bolso ya que sabía que el Sábado no iba a volver hasta tarde -estaba seguro que ganaríamos el clásico de los colegios-. Más bien, estaría más cerca de ser el domingo a la madrugada.

El Sábado a la mañana nos quedaba un último turno de entrenamiento, para después quedar liberados con la premisa de volver a vernos el Domingo a las 10am en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, más conocido como Ezeiza.

Pero lo más importante para mi no era el entrenamiento, o jugar el clásico con Newman, sino que no podía estar adentro de la cancha con mis amigos defendiendo esos colores que tanto quiero y tanto le debo. No saben lo que me costó salir de ese vestuario, cuando los chicos entraron a la cancha, y yo en jean y zapatillas sin poder hacer nada. El partido ya habia arrancado y yo seguía ahí adentro, sin poder salir. Pasaron unos 10 minutos, hasta que pude pararme y dejar el vestuario, y así vivir el partido con Newman como un hincha más.

Les seguiré contando sobre esta gira en las próximas ediciones! Hasta entonces