Lesiones del rugby y hockey

Las lesiones que pueden presentarse en el deporte pueden ser:

1.- Leves. Por ejemplo, una contractura.

2.- Moderadas. Por ejemplo, un esguince de tobillo.

3.- Graves. Por ejemplo una rotura de ligamentos.

De esta clasificación y de estudios de los últimos años, surge que el estrés es uno de los causantes principales en la aparición de las mismas. El estrés es definido como un desequilibrio o desajuste, resultado de excesivas demandas externas y de fallidas respuestas internas del sujeto para atender esas demandas. En las lesiones, además del estrés, se deben tener en cuenta algunos aspectos como:

1.- Historia de lesiones pasadas: si hubo lesiones anteriores, si hubo lesiones mal curadas, son factores que pueden actuar como predisponentes y favorables a su aparición.

2.- La edad. A mayor edad, los músculos necesitan mayor recuperación y su desgaste continuo pueden llevar a la lesión.

3.- La preparación física: la mala preparación predispone a su aparición.

4.- La mala alimentación: este es un factor importante. Muchos jugadores repasando los momentos previos a la lesión manifiestan no haber casi comido o haber comido mal. A esto puede agregarse también el poco descanso. Ambos factores juntos aumentan la predisposición.

5.- El estrés psicosocial: es el originado en las actividades diarias de cada uno. Por ejemplo en el trabajo, facultad, en sus relaciones personales (familia, novia, amigos). Esto puede originar que uno llegue a los entrenamientos o partidos con una carga extra lo que los tensa tanto física como mentalmente y pueda llevarlos a situaciones que desencadenen en la lesión.

6.- El jugador “quemado”: 
es el jugador que física y mentalmente está muy cansado y no se recupera; es el que no tiene ganas de entrenar ni de jugar; el que todo lo aburre. Esto se conoce como burnout. Al estar totalmente desmotivado y sin ganas, su compromiso va a ser bajo y la predisposición a lesionarse muy alta sobretodo en deportes de contacto.

Para evitar las lesiones es muy importante realizar una adecuada prevención. Aquí es fundamental reducir los factores que puedan hacer más vulnerable al deportista y que puedan perjudicarlo. Dichos factores son los que lo exponen a situaciones estresantes y favorecen la aparición de la lesión. Algunas medidas de prevención pueden ser:

* Descanso.

* Buena entrada en calor en partidos y entrenamientos.

* Alta autoestima (autoconfianza). Confiar en lo que uno es capaz de dar y entregarse al máximo.

* Buena condición física y alimentación.

* Evitar la sobremotivación. El exceso de motivación y el no alcanzar objetivos fijados, por ser deamasiado altos llevando a la frustración, puede desencadenar la agresión o una alta vehemencia en el contacto. Estos pueden ser motivos de lesión.

* Prevenir el estrés psicosocial, registrando las señales de agotamiento físico o mental , como así también la aparición de problemas de atención y de concentración durante el juego.

Estos puntos de prevención se relacionan con la recuperación de las lesiones de presentarse ellas. En cuanto a la recuperación  empezaremos por el control de las emociones, una vez producida la lesión. Al aparecer la lesión es bueno descargar la bronca que pueda sentirse en ese momento pero sería malo quedarse enganchado mucho tiempo con dicha bronca. La explicación sería que quitaría fuerzas y predispondría mal a la recuperación. La lesión una vez que se dió, se debe aceptar. Hay que concentrarse en la recuperación física y mental de la manera más rápida posible. Para ello se debe llevar a cabo una desculpabilización lo más rápido posible: la lesión esta y no hay que culparse por lo que pasó o lo que no se hizo. El paso siguiente es comprometerse con la rehabilitación para poder cumplir con los tiempos de recuperación establecidos. En esos momentos es bueno controlar la ansiedad que pueda surgir. Una forma de control de la ansiedad es respetar los tiempos de recuperación y hacer todo lo necesario para poder volver al 100%. El apurarse en la recuperación a veces es contraproducente y puede terminar en un tiempo más largo. “Las lesiones mal curadas agregan tres semans o más a la recuperación normal”.

Para finalizar, para una buena rehabilitación debemos considerar:
– el apoyo social (del equipo, familia, novia, amigos)
– un buen diagnóstico médico, acertado en la lesión
– controlar la ansiedad por la vuelta
– evaluar el dolor en forma objetiva,aún en los momentos de recuperación
– trabajar de forma interdisciplinaria con el kinesiólogo, preparador físico, médico
– fijarse metas a corto plazo para al ir cumpliéndolas ir aumentando la confianza y la autoestima lo que mejora los tiempos y formas de rehabilitación.

Martín Capurro

Licenciado en Psicología. Especializado en Deporte.